La Inteligencia Artificial contribuirá a resolver algunos de los mayores retos a los que se enfrenta el sistema sanitario
Por Marisa Merino
Los avances en Inteligencia Artificial (IA) de las últimas décadas han permitido desarrollar nuevos métodos que construyen modelos partiendo de la información contenida en una base de datos. Estos métodos se han utilizado en diversos campos de la Medicina, incluyendo análisis descriptivos, modelos predictivos o sistemas de ayuda a la prescripción.
Según el Gartner Hype Cycle publicado en 2017, la Inteligencia Artificial (IA) será la tecnología más impactante en los próximos 10 años debido a la enorme cantidad de datos, al gran poder computacional, y al avance en redes neurales profundas.
Los sistemas sanitarios manejan una cantidad ingente de datos. La aplicación de tecnologías de Inteligencia Artificial (IA) permitirá aprovechar esta información, resolviendo problemas que hasta ahora no habían tenido solución, descubriendo interacciones desconocidas y generando nuevo conocimiento. Esto permitirá a las organizaciones adaptarse a las necesidades de los pacientes y de los profesionales sanitarios y ser más eficientes.
La aplicación de estas técnicas en la práctica clínica habitual podrá mejorar la calidad asistencial, la percepción de los pacientes, la satisfacción de los profesionales y el análisis coste-efectividad. Introduciendo nuevas prácticas e innovaciones a los sistemas sanitarios, pudiendo maximizar el uso de los recursos, siempre limitados, y mejorar la sostenibilidad financiera.
Además, puede facilitar el camino hacia una Medicina que dé respuesta de verdad a las necesidades del usuario o paciente, avanzando hacia la Medicina 5 P (personalizada, predictiva, preventiva, participativa y poblacional).
Es esencial por otra parte, que evaluemos el impacto y la sostenibilidad de las intervenciones sanitarias, con el fin de aportar conocimiento que ayude a tomar decisiones en el futuro. A la hora de la creación de sistemas basados en Inteligencia Artificial (IA) hay que considerar especialmente la verificación y validación de estos, su usabilidad y el impacto clínico real.
También hay que tener en cuenta las barreras que hay que afrontar y que pueden ser económicas, legales, de la propia tecnología, organizativas o de las personas. Es importante incluir en todo momento el contexto organizativo. No se trata de sustituir a los profesionales sanitarios, sino de proporcionar un sistema de información clínica que añada inteligencia, basada en datos, al proceso de atención al paciente, reservando la toma de decisiones a los profesionales.
El tratamiento de datos sanitarios mediante técnicas de Inteligencia Artificial (IA) permitirá en los próximos años importantes avances en el conocimiento de diversas áreas relacionadas con la salud y los servicios sanitarios, ayudando a tomar decisiones más adecuadas, eficientes y sostenibles en el tiempo.
Marisa Merino es miembro de la junta directiva de la ASD, Directora Gerente de la Organización Sanitaria Integrada Tolosaldea de Osakidetza. Doctora en Medicina y Cirugía, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y experta en Gestión Sanitaria.