La telemedicina durante el retorno a la nueva normalidad: algunas reflexiones

Telemedicina

La telemedicina durante el retorno a la nueva normalidad: algunas reflexiones. Durante los meses de emergencia sanitaria por la COVID-19, fuimos testigos de un avance acelerado de la telemedicina. En pocos meses se avanzó lo que, en circunstancias normales, se habría avanzado durante cinco o diez años. Pero hemos vuelto a una situación de relativa normalidad, y la telemedicina está experimentado cierto retroceso. Aunque todavía es pronto para llegar a conclusiones definitivas, podemos empezar a esbozar algunas ideas.

Durante los meses de emergencia sanitaria por la COVID-19, fuimos testigos de un avance acelerado de la telemedicina. En pocos meses se avanzó lo que, en circunstancias normales, se habría avanzado durante cinco o diez años.

La COVID-19 ha generado una crisis en los sistemas sanitarios. Esta crisis fomentó un sentimiento de urgencia que dio lugar a la salida al mercado de una oleada de soluciones digitales. Por tanto, era de esperar que, una vez finalizados los meses de la primera oleada, las soluciones orientadas en exclusiva a la gestión de la COVID-19 perdieran peso y/o desaparecieran. Respecto a las soluciones de telemedicina de más amplio espectro, muchas están desapareciendo por diversos factores.

¿Cuáles son los factores que hacen que desaparezcan algunas soluciones de telemedicina?

La telemedicina durante el retorno a la nueva normalidad: algunas reflexiones

  • Competencia elevada. Han salido muchas soluciones, pero no hay mercado para todas.
  • Limitación del marco regulatorio. La COVID-19, en opinión de numerosos expertos, permitió la entrada en el mercado de soluciones que no encajaban del todo en el marco legal existente. Una vez pasada la urgencia de la primera oleada, la incertidumbre económica y regulatoria ha ido desapareciendo.
  • Falta de apoyo del personal sanitario. Muchos médicos no recomiendan ni utilizan las plataformas digitales, pues no está claro cuál es el retorno económico para ellos.
  • Apoyo limitado desde las instituciones públicas. En el caso particular de España, la gran mayoría de iniciativas de Salud Digital cuentan con el respaldo de aseguradoras privadas. El número y capital de estas es limitado, y por tanto se produce un cuello de botella: no pueden respaldar económicamente a todas las iniciativas nacidas durante la epidemia COVID-19 producida por el virus SARS-CoV-2.
  • El retorno a la “nueva normalidad también ha supuesto que los pacientes vuelvan a aquello a lo que están acostumbrados: la visita presencial a hospital, clínicas o centros de salud. Las soluciones de telemedicina son asociadas por los pacientes a una situación de emergencia, de ahí que el “retorno a la normalidad” implique poder volver a acudir al centro de salud o al hospital. Por otra parte, la clave de la gestión de una pandemia son las pruebas generalizadas, y esto es algo que la telemedicina de hoy no puede ofrecer.

Todo apunta que estamos dando un paso atrás para consolidar lo mucho que hemos avanzado en pocos meses y retomar el avance sobre bases mucho más sólidas.

Hacia la consolidación de la telemedicina

También cabe destacar que las cifras de visitas presenciales no se han recuperado a los niveles anteriores a los meses de mayor incidencia de la pandemia. De la primera oleada de soluciones de telemedicina, quedarán algunas que continuarán los avances iniciados durante la pandemia. Ahora partimos de una base más amplia: contamos una gama más sólida de soluciones. Antes de marzo de 2020 el crecimiento de la Salud Digital era de un 0,1%, cuando durante el momento álgido de la pandemia, en abril, fue del 14%. Pero ahora ya no vamos a volver al 0,1%. Todo apunta que estamos dando un paso atrás para consolidar lo mucho que hemos avanzado en pocos meses y retomar el avance sobre bases mucho más sólidas.