Llevamos años hablando de que la llegada de las nuevas tecnologías iba a cambiar el abordaje de la salud en todos los sentidos. Y ha venido la pandemia para implementarlo de una manera exponencial y de una manera decisiva. Por lo tanto, estamos ante un cambio de paradigma. La Salud Digital ha venido para quedarse.
La Salud Digital ha venido para quedarse
Cuando hablamos de transformación digital en salud, no nos estamos refiriendo en exclusiva al uso de tecnologías, sino a un cambio de modelo, de la forma de hacer las cosas. Es decir, las tecnologías son nuestro aliado, pero no es nuestro objetivo, no es el principio ni la base de todas las cosas. Todos, sin excepción, hemos puesto al ciudadano, a las personas, en el centro de todo lo que estamos haciendo. El ciudadano, el paciente, ahora mismo es digital. Su entorno es digital. Nos busca, pero no nos encuentra a los profesionales sanitarios. Por tanto, nosotros, los profesionales sanitarios, tenemos que dar un paso al frente y liderar este cambio. De la mano de otros profesionales, como los que están en el campo de las tecnologías. Esto es un cambio de paradigma en el que las personas son fundamentales.
Todo lo que pongamos en un teléfono inteligente tiene que servir al paciente para su problema de salud. No es cuestión de que arquitectos de datos, tecnólogos, inventen “soluciones”. Esto sería comenzar la casa por el tejado. El cambio de paradigma es justo al revés: el profesional sanitario escucha al paciente, como ha hecho toda la vida. El paciente cuenta un problema de salud y el profesional sanitario, con la ayuda de un equipo que sin duda ha de incluir colaboradores del mundo tecnológico, desarrollará soluciones. Sin embargo, estas soluciones no serán nunca aplicadas en pacientes hasta que no sean evaluadas, validadas y testadas por las sociedades científicas y organismos regulatorios.
Una manera diferente de hacer las cosas
No estamos hablando de “atajos” sino de una manera diferente de hacer las cosas, basadas en las nuevas tecnologías, pero con los estándares de calidad de siempre. En legalidad, y en regulación normativa (Por cierto que la normativa europea y española tiene que ir mucho más rápido. Aquí tendríamos que dar un salto cualitativo).
No podemos olvidar la ética, la legalidad, también, cómo no, la ciberseguridad. Pero, en definitiva, esto no debería ser obstáculo para seguir avanzando. Insisto: las nuevas tecnologías son nuestro aliado. Las nuevas tecnologías nos permitirán dedicar más tiempo, y de mayor calidad, al paciente. Humanización vs digitalización es una falsa dicotomía. Transformación digital y humanización van de la mano.
Podremos hablar de una verdadera transformación digital cuando hayamos conseguido unos estándares en su uso, interoperabilidad, en el retorno de todo lo que hacemos, para diagnosticar y tratar de una forma completamente diferente. Estamos en una fase muy inicial en la que estamos poniendo valor a los datos. Pero todavía nos falta que esto nos sirva para mejorar el diagnóstico de las enfermedades. Estamos muy cerca. No es cuestión de inventar nuevas especialidades, sino de adquirir nuevas capacidades, al igual que lo hacemos en la vida personal. Es el momento de hacerlo también en el terreno profesional.