Expertos en formación sanitaria de la Universidad de Illinois Chicago proponen cuatro competencias en IA para los futuros médicos y profesionales sanitarios.
La revolución del cuidado de la salud no es una oportunidad, sino una necesidad urgente. Esto es así porque los actuales modelos de atención médica no son sostenibles a medio-largo plazo. Existe una brecha creciente entre la demanda y la oferta que acelerará la adopción necesaria de tecnologías digitales. Contamos con las herramientas transformadoras. Estas no sólo impulsarán la eficacia de la atención médica y la personalización en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las enfermedades y los pacientes, sino que también lograremos un mejor y más rápido acceso y un sistema más eficiente.
La formación en estas herramientas es un elemento clave de la transformación. En este sentido, un artículo publicado en la revista JAMIA (Journal of the American Medical Informatics Association), propone cuatro competencias en IA para los futuros médicos que deberían enseñarse en las escuelas y facultades de medicina.
Cuatro competencias clave
Según el artículo, las cuatro competencias clave serían:
- Evaluación. La capacidad de discernir cuándo una tecnología es adecuada para un contexto clínico preciso, y qué debemos aportar para conseguir resultados significativos.
- Competencia. Aprender cómo usar la IA en sanidad basada en valor en el marco de los sistemas sanitarios de la actualidad.
- Interpretación. Saber evaluar resultados de IA con un grado razonable de precisión, lo cual incluiría posibles fuentes de error, sesgos o inadecuación clínica. Esto supondría definir y describir conexiones entre medicina basada en evidencia, seguridad, análisis predictivo, computación e inteligencia artificial.
- Comunicación. Ser capaz de comunicar resultados y procesos subyacentes de forma comprensible tanto para pacientes como para otros profesionales sanitarios.
Los autores concluyen que «La formación sobre la incorporación de tecnologías de IA en la práctica clínica estándar, si se hace bien, hará ganar mucho tiempo a pacientes y médicos. Este tiempo permitirá a los médicos establecer relaciones significativas y terapéuticas [con sus pacientes] mientras utilizan tecnologías de IA para garantizar la provisión de cuidados óptimos y la realización de tareas más anodinas».
Para que la transformación tecnológica sea liderada por los profesionales médicos, y no por los actores tecnológicos, es imprescindible que los primeros reciban una formación especializada y precisa sobre competencias en IA y otras herramientas. El artículo de JAMIA es un paso en esa dirección.